jueves, 15 de octubre de 2009

Sabía lo que tenía que hacer.

No sabía ni cómo ni por qué.


Sólo sabía lo que tenía que hacer.


Morir.


Cogió la pistola y la introdujo en la boca.


Apretó el gatillo.


Segundos después el ruido de un cuerpo contra el suelo anunciaba el fin.