domingo, 30 de agosto de 2009

Como cada mañana

Como cada mañana, espero para verla pasar. Ahí viene, hoy esta preciosa, lleva un vestido rojo ceñido y unas gafas de sol D&G negras.

Como cada mañana lleva algo de prisa, echo a andar, para seguirla por las cuatro manzanas que la separan de su oficina.

Como cada mañana, al llegar a la parada del autobús enciende un cigarro, lo apura en las dos manzanas que le quedan de camino.

Como cada mañana entra y se sienta en su silla, agotada por la rutina.

Como cada mañana, me siento a observarla desde el banco que hay frente a su oficina, mientras intento recordarla.

Como cada mañana, intento besarla a la salida, me atraviesa… solo soy un recuerdo.

Como cada mañana me doy cuenta, jamás debí abandonarla.

Como cada mañana recuerdo, estoy muerto y jamás podré recuperarla.



Dedicado a mi madre

5 comentarios:

  1. Precioso escrito amigo gallego....un abrazo...

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  2. Hasta los demonios tienen su corazoncito ;)

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  3. Abandona la oscuridad,este es el camino.
    Este es más de mi estilo.
    Un bico.

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  4. Genial ! Acabas de publicar un relato que se merece todos mis elogios.

    A pesar de que tu madre aplauda el cambio de rumbo, yo no creo que hayas cambiado tanto el estilo, simplemente es variado y cuenta con buenos relatos.

    Mis más sinceras Felicidades.

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  5. Yo por no explayarme en exceso y hacerme pesado en elogios, sintetizaré muy opinión en un "Coño, qué buen relato" :-)

    Saludos

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El mal quiere venganza. Cuidado con lo que dices.